5 rostros de la Ansiedad-portada

5 rostros desconocidos de la Ansiedad

La ansiedad es la respuesta natural que tiene nuestro organismo frente a un estímulo externo o interno que es percibido como amenazante. Nuestro cuerpo siente que debe defenderse y protegerse de aquello que considera peligroso.

Cuando aparece, nuestro instinto de supervivencia pone en marcha una serie de mecanismos que hacen que las funciones vitales estén al máximo de su potencial: se eleva la frecuencia cardiaca, se bombea más sangre, la respiración se acelera..  Todo esto ocurre para poder dar una respuesta lo más efectiva posible frente a aquello que se considera como el posible enemigo. Nos ponemos en modo alerta frente al exterior.

Sin embargo, la  ansiedad empieza a convertirse en trastorno cuando la respuesta deja de ser acorde al estímulo que la provocó. Es decir, se convierte en un problema cuando no existe una situación real que esté provocando la reacción de ansiedad.

Cuando la ansiedad empieza a prolongarse en el tiempo y se convierte en un “modus vivendi”, empiezan a aparecer otros síntomas que muy poco tienen que ver con dar una respuesta adaptativa a lo que la persona esté viviendo. El organismo intenta buscar un nuevo equilibrio y empezarán a aparecer síntomas secundarios al trastorno de ansiedad.

Sigue leyendo para descubrirlos y poder reconocer a la ansiedad enmascarada bajo otra apariencia.

 

Tristeza.

1.-Tristeza y depresión

La ansiedad influye en el tipo de pensamientos que tiene la persona que la padece, distorsionando la forma que tiene la persona de orientarse en el mundo. Los pensamientos se vuelven pesimistas, negativos e incluso catastrofistas. A la larga, este tipo de pensamientos puede  afectar al estado de ánimo generando tristeza y depresión.

2.- Perfeccionismo y exceso de control

La persona que sufre de ansiedad puede desarrollar la tendencia a intentar controlar todo, para generar una falsa sensación de seguridad.

Así mismo el perfeccionismo será consecuencia de lo anterior. Exigir a los demás y a uno mismo, creándose la imposible necesidad de perfección acerca de cómo deberían ser las cosas a su alrededor.

Aislamiento Social

3.- Aislamiento social

La persona con ansiedad prolongada puede desarrollar conductas de evitación para no enfrentarse a aquello que le genere más incomodidades y, entre ellas una muy común es el aislamiento social.

4.- Adicciones y abuso de sustancias

El consumo de sustancias como alcohol o sedantes para mitigar la ansiedad a la larga pueden suponer una verdadera adicción. Ante este problema, tratar el origen de la ansiedad a la vez que se trata la adicción, hará que el consumo de sustancias disminuya considerablemente.

Abuso del alcohol

5.- Trastornos en la alimentación.

La ansiedad y los trastornos alimentarios suelen ir de la mano. Comer de forma compulsiva  o dejar de comer pueden ser claros síntomas que esconden detrás un problema de ansiedad.

 

Como ves, la ansiedad puede adoptar muchos “rostros” que quizás no conocías. Si te reconoces en alguno de ellos puedes empezar a buscar la solución.

 

La meditación, las técnicas de relajación y el yoga pueden ayudarte mucho.

Y, si con eso no es suficiente, considera la opción de comenzar una terapia. Buscar ayuda profesional siempre es una buena idea.

La terapia puede ayudarte a cambiar esa percepción del mundo para volver a recuperar la paz mental y la calma emocional.

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