La meditación está de moda. Parece que, de repente, todo el mundo se ha puesto a meditar y, sin embargo, crees que tú no lo necesitas.
Descubre aquí 8 señales que te están avisando de que deberías probarlo tú también y sin tardar mucho.
Cuando decidimos empezar un nuevo hábito es porque sentimos una necesidad de cambio. Ir al gimnasio, alimentarnos mejor, dejar de fumar… todo empezó porque sentiste que había que cambiar. Pero a veces hay necesidades que son imposibles de reconocer. Son malestares que te acompañan a diario y te has acostumbrado a convivir con ellos. Los consideras “lo normal”. La meditación puede ayudarte a reducirlos en gran medida.
¿Meditar?, ¿Cómo voy a saber yo si necesito meditar?
Sigue leyendo y descubre si la meditación también es para ti.
1 Duermes mal
El insomnio es tu compañero desde hace no sabes cuánto. Te cuesta horrores dormirte cuando te metes en la cama, a pesar de lo agotado que terminas el
día. O quizá eres de esos que se duermen en un minuto pero se despiertan cada dos por tres a lo largo de la noche.
Si encima, en esos despertares te desvelas y ya no hay manera de volver a conciliar el sueño, deberías empezar ya la meditación.
La meditación reduce el insomnio y favorece la recuperación a través de conseguir un sueño más profundo.
2 Te cuesta concentrarte
Andas por la vida un poco despistado. Sientes que cuando quieres ponerte a leer o a realizar alguna tarea que requiera un poco más de tu atención, tu mente se va por los cerros de Úbeda. Si, además, se te olvidan cosas y a veces ni siquiera recuerdas dónde aparcaste el día anterior créeme que necesitas meditar.
La meditación favorece la concentración, mejora la memoria y ayuda a focalizar el pensamiento.
“La meditación crea espacio y silencio interno para que tu propia naturaleza pueda empezar a florecer”
3 Tienes ansiedad.
La ansiedad es una respuesta natural ante un peligro. Lo que no es natural es vivir con la sensación constante que algo malo va a suceder y tomar como peligrosa la vida en si misma.
La ansiedad es un trastorno mucho más común de lo que creemos y ni siquiera sabemos reconocerla. Si quieres saber si tienes ansiedad y no te habías dado cuenta puedes leer aquí. ( escribiré un artículo sobre como reconocer si tienes ansiedad).
La meditación disminuye el estrés, ayudando en la relajación corporal y desarrollando la presencia.
4 Eres negativo
¿Eres de los que siempre ven el vaso medio vacío? ¿Vives los problemas como auténticos dramas? ¿Cualquier cambio o imprevisto se te hace un mundo? Si estás respondiendo afirmativamente a lo anterior, deberías incluir ya la meditación en tus rutinas.
La meditación alivia la depresión, favorece la positividad y la autoestima, aportando paz y bienestar interior.
5 Vives cansado
El cansancio se ha convertido en tu estado natural. Aunque hayas dormido bien (o eso crees) al día siguiente no te levantarías de la cama y los días de descanso no parecen ser nunca suficientes para recuperarte. Si incluso en vacaciones te notas este cansancio plantéate de verdad empezar a meditar, además de realizar una visita a tu médico de cabecera.
La meditación aumenta la energía y la vitalidad. Además, ya hemos visto que favorece al descanso y a la relajación.
“La meditación crea espacio y silencio interno para que tu propia naturaleza pueda empezar a florecer”
6 Te cuesta controlar tus emociones
Tener ataques de ira o de llanto cada poco tiempo no es normal. Gritar cual poseso en el coche solo porque se te haya cruzado de carril, tampoco lo es.
Sentir que cualquier pequeño detalle te puede hacer saltar como si fueras a explotar… Si aún no lo tenías claro, eres el candidato ideal para iniciarte en la meditación. Tú y los tuyos lo agradeceréis.
La meditación mejora el control y la gestión de las emociones, favoreciendo las relaciones personales y el autoconocimiento.
7 Enfermas a menudo
Si echas la vista atrás, ¿cuántas veces dirías que has estado enfermo en el último año? ¿Te defines como una persona saludable? No se trata de enfermedades graves sino aquellos síntomas que hemos normalizado: dolores de cabeza, de estómago, contracturas, dolores de espalda… Hay veces que te duele todo, pero ya lo has tomado como construmbre. Sin embargo, nuestro estado natural es la salud y la meditación te ayudará a recuperarla más rápidamente.
La meditación alivia el dolor físico, refuerza el sistema inmunitario, estabiliza la presión arterial, mejora el sistema digestivo y disminuye el riesgo de enfermedades cardíacas.
“Si vives es el pasado estarás triste. Si vives en el futuro tendrás ansiedad. Solo en el momento presente encontrarás la verdadera paz”
8 Estás atravesando una situación difícil
A lo largo de la vida nos enfrentamos a cambios complicados y puede ser que ahora te esté tocando atravesar uno de ellos. Quizás estés pasando el duelo por la pérdida de un ser querido, o de un trabajo , un divorcio, una enfermedad larga… Son momentos realmente duros en los que la meditación puede ayudarte de verdad.
La meditación te ayudará a estar presente, en el aquí y el ahora, a establecer de nuevo una conexión con la vida, favoreciendo el potencial de tu intuición y tu sabiduría interior.
Espero haberte impulsado para dar ese paso de iniciarte en la meditación. Lo mires como lo mires solo puede ayudarte a estar mejor en tu día a día.
Si además, al leer este post te venía alguien a la mente que también puede necesitarlo, compártelo con él.
Existen muchos grupos de meditación, vídeos en YouTube, podcast. No hay excusas para que encuentres tu forma de empezar a meditar.
Te espera una nueva versión de ti.
Te muestro en este vídeo como puedes empezar a meditar y a aprovechar sus beneficios.