“Conocí a Ana en marzo de 2020 en pleno confinamiento a través de una gran amiga también paciente suya. Nuestra primera entrevista tuvo que ser online obligados por la situación en la que nos encontrábamos y aún así en unos pocos minutos tuve la sensación de conocerla desde hace años y supe al instante que podía depositar toda mi confianza en ella.
Comenzamos la terapia y varias sesiones tuvieron que ser inevitablemente a través de una pantalla, lo que no impidió avanzar y en pocos días me encontraba ya bastante mejor. Cuando la pude conocer físicamente en su acogedora consulta ya habían pasado varias semanas y ya todo fue rodado.
Con Ana la terapia no solo se limita a un análisis preciso de tus problemas y el origen de estos, se buscan soluciones y se ponen en práctica ejercicios y meditaciones que ayudan definitivamente a sentirte mejor, relajado y con confianza en ti mismo.
Por todo ello, le estaré eternamente agradecido y no he dudado en recomendarla a quien me ha preguntado por mis progresos en la terapia”